EL DISCO DE SABU - OOPART
Si se nos mostraba interesante la Máquina de Antikythera cuyos restos aparecieron preservados bajo las frías aguas del mar Egeo durante dos mil años, observen este extraño objeto circular, de sofisticado diseño que ha desconcertado hasta a los expertos que lo hallaron en el año 1936 d.c.
Pieza de esquisto - Museo Egipcio del Cairo
Según nos cuenta Zecharias Sitchin en su obra “La Escalera Al Cielo”, este objeto fue encontrado junto a otros «inusuales objetos de cobre», en la tumba de un príncipe llamado Sabu, hijo del rey Adjib, perteneciente a la primera dinastía.
Lo cual quiere decir que dicho objeto tuvo que ser depositado en dicha tumba alrededor del 3100 a.c., y que incluso podría ser más antiguo, descartando de esta forma la posibilidad de que dicho objeto fuese más reciente que la fecha de su propio hallazgo.
Posiblemente esta pieza de esquisto fuese el módelo a serguir para posteriormente reproducirla de igual forma, pero esta vez de metal.
Walter B. Emery nos describe en (Great Tombs of the First Dynasty) sus estudios realizados sobre los descubrimientos en el norte de Saqqara (al Sur de las grandes pirámides de Gizé), un objeto cuya apariencia es la de un recipiente de esquisto con forma de cuenco, insistiendo que no ha podido hallar explicación alguna que le resulte satisfactoria acerca del interesante diseño de este mecanismo.
El objeto en cuestión fue tallado a partir de un bloque sólido de esquisto, roca bastante frágil y que por lo tanto rompe con facilidad en delgadas capas irregulares. En el caso de que hubiésemos tratado de usar la pieza en cuestión, ésta se habría quebrado inmediatamente, lo cual cabe suponer que su elección fuese dada por la facilidad que ofrece para su talla, y aunque la fragilidad de este objeto no permitiría uso alguno, al menos sí que serviría para preservar su forma original.
Que tipo de herramientas de precisión tenían los egipcios para realizar tales obras de ingeniería.
Estos hechos han provocado que expertos, como es el caso de Cyril Aldred (Egypt to the End of the Old Kingdom) llegase a pensar que dicho objeto imitase posiblemente una forma hecha originalmente de algún tipo de metal. ¿Qué utensilios de precisión tenían esta gente 4.000 años a.c. para crear este objeto con tal precisión que incluso resulta, porque no decirlo, complejo estructuralmente? Y sobre todo, ¿Cuál es la finalidad de su construcción?
Después de que expertos efectuaran un estudio exhaustivo y minucioso, pudieron arrojar un poco de luz sobre lo que sería su utilización. Según los expertos, dicho objeto de unos 60 cm de diámetro y menos de 10 cm en su parte más gruesa, fue diseñado con la intención de ser encajado sobre un eje para posteriormente dar vueltas, y dada su forma, estar sumergida en algún tipo de fluido mientras éste se encuentra girando. Pero Arqueolos y Egiptólogos oficiales nos dicen que dicho objeto (con forma casual) no es más que una simple bandeja o algún tipo de candelabro.
Según nos cuenta Sitchin, desde 1936 no se había realizado estudio alguno para lograr una posible solución al enigma que encerraba dicho objeto, pero su posible función salió a la luz en el año 1976 en una revista técnica. En ésta se nos muestra los revolucionarios diseños de volantes que se estaban desarrollando en California en colaboración con el programa espacial norteamericano.
Estos volantes vienen usándose desde hace al menos unos dos siglos atrás, y sirven, por ejemplo, para regular la velocidad de una máquina, acumular energía de empuje simple como en el caso de una prensa metálica e incluso para la sofisticada aviación.
Como norma, los volantes debían tener los bordes pesados, ya que la energía se concentra sobre éstos.
Pero en la década de los setenta, los ingenieros de la Lockheed Missile and Space Company idearon un diseño opuesto, una rueda de bordes menos pesados, que ayudaría a ahorrar energía en trenes de transporte de masas o para el almacenamiento de energía en trolebuses propulsados eléctricamente. La Aireserarch Manufacturing Company continuó con las investigaciones; pero el modelo que idearon debía estar, curiosamente, encerrado herméticamente en el interior de una carcasa llena de lubricante.
Ejemplo de uno de los volantes que van sumergidos en lubricante.
El hecho de que ese mecanismo de la alta ingeniería tenga similitud con un objeto de 5.000 años de antigüedad no impresiona tanto como que dicho objeto datado en el 3.100 a.c. se parezca a una pieza que todavía se encontraba en fase de perfeccionamiento por parte de los ingenieros espaciales en el año 1978 d.c.
¿De dónde provenían tales conocimientos en el antiguo Egipto?, ¿Cómo ha podido involucionar tecnológicamente una cultura que ha sido capaz de levantar obras tan descomunales como son por ejemplo Las Pirámides de la Meseta de Giza?.
Quizás este misterio y otros de índole parecida sean resueltos algún día, pero por ahora tendremos que quedarnos (pero no conformarnos) con la miel en los labios y saborearla con todos sus entresijos y encantos.
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